La falta de licencias y permisos así como el incumplimiento de las medidas de seguridad y de higiene alimentaria provocaron el precinto de la guardería.
Tras varias denuncias recibidas en la Policía Local de la ciudad, los agentes pudieron comprobar el trasiego de niños en el inmueble. Al inspeccionar el inmueble en el que estaban sus propietarios, un hombre de 45 años y una mujer de 39, comprobaron que se trataba de una vivienda sin apenas muebles y con 12 menores en su interior divididos en dos estancias. Otra mujer de 27 años, que manifestó estar contratada por los propietarios para cuidar a los menores, se encontraba también dentro de la vivienda. Ésta alegó que disponía del título de Educación Infantil. En otra estancia de la vivienda se encontraba otro varón de 42 años.
Los menores se disponían en la vivienda haciendo tareas lectivas sin guardar las distancias de seguridad y careciendo de las protecciones adecuadas. El domicilio no contaba con materiales básicos de seguridad como geles, guantes, extintores, botiquines,... Además, en la cocina se almacenaba comida preparada sin refrigerar y con enseres insuficientes para los menores presentes en la guardería.
Los agentes determinaron que el establecimiento no disponía de licencias ni autorizaciones para el ejercicio de esta actividad. Por lo tanto, ordenaron la suspensión de la actividad e iniciaron los correspondientes expedientes sancionadores por los diferentes incumplimientos detectados.
