Los residuos, considerados como muy peligrosos, eran tratados inadecuadamente y suponían un grave riesgo para los trabajadores y para el medio ambiente.
Se les imputan delitos contra el medio ambiente y los recursos naturales, traslado transfronterizo de residuos, contra los derechos de los trabajadores, estafa, falsificación documental, apropiación indebida, administración desleal y blanqueo de capitales.
La operación Raecash comenzó hace tres años a raíz de una información del SEPRONA relacionada con traslados transfronterizos de residuos peligrosos que procedían de Gibraltar con destino a la empresa investigada. Se ha constatado la posible falsificación de certificados en los que se aumentaban las cantidades de residuos que se habían tratado incrementando así los beneficios económicos que podrían ascender a 16 millones de euros.
La empresa mercantil investigada acapara la totalidad de los residuos que poseen gases refrigerantes que se generan en toda Andalucía. Los residuos supuestamente reciclados son frigoríficos, cámaras refrigerantes, aires acondicionados y termos eléctricos cuyos gases no recuperados se emiten directamente a la atmósfera. La emisión de estos gases es especialmente perjudicial para la capa de ozono y puede constituir un riesgo para la salud. Según un informe pericial aportado por la Unidad Central de Medio Ambiente de la Guardia Civil, sólo la emisión de gases ha podido producir un daño irreparable a la atmósfera valorado en aproximadamente 8 millones de euros en los años investigados.
Las diligencias han sido entregadas en el Juzgado nº 4 de Sanlúcar la Mayor (Sevilla).